Es muy común, y nos ha pasado a todos, que cuando tenemos que montar muchos puntos con el montaje de hebra larga y ya estamos llegando al final nos damos cuenta que nos hemos quedado cortos de hilo: por 4 puntos de nada tenemos que deshacerlo todo y volver a empezar.
En el artículo de hoy te damos 3 trucos para que esto no te vuelva a pasar:
1) Enrolla la lana alrededor de la mano.
Vale, este método es más una conjetura aterradora que el truco preciso que esperabas. Pero confía en nosotros, te dará una aproximación más certera que simplemente lanzarte a montar puntos sin referencia.
Enrolla la la lana alrededor de tu mano, sin apretar ni que quede suelta. Cada vuelta cuenta como 10 puntos. Si tienes que montar 240 puntos, envuelve tu mano 24 veces... y deja un poquito más de cola para poder montar los puntos cómodamente.
¿Te atreves a probarlo?
A decir verdad, este truco es una forma rápida y fácil de calcular el largo de la hebra para lanas de grosor fingering o DK en pequeños proyectos, pero no es muy confiable para lanas de grosor bulky o piezas más largas.
Otra aproximación rápida es dejar una cola 3 ó 4 veces más larga que el ancho de la pieza para la que vas a montar los puntos. Es decir, si ya sabes que la pieza va a medir un ancho de 40 cm, monta los puntos con una hebra de 120-160cm.
2) Enrolla la aguja.
Supongamos que el patrón nos pide montar 240 puntos.
Enrolla la aguja con la lana 24 veces, sin tensar. Pinza el punto del hilo en el que has enrollado por vez número 24 la aguja y desenróllala.
Pliega 10 veces la lana sobre sí misma, en la distancia del cabo al punto pinzado: será el largo correspondiente a 240 enrolladas... deja un poquito más de cola para trabajar con tranquilidad, pero no debería faltarte lana para montar los 240 puntos.
3) Usa los dos cabos del ovillo.
Haz un nudo corredizo con los dos extremos de un mismo ovillo y colócalo en la aguja. No lo contaremos como punto, pero te sirve para ponerte en posición de tirachinas y empezar a montar puntos.
Una vez tengas todos los puntos montados, corta el cabo que llevabas en el pulgar y trabaja con el otro cabo.
Este método también se puede utilizar para crear un borde decorativo: en vez de usar los dos cabos de un mismo ovillo, haz el nudo corredizo con los cabos de dos ovillos de colores o texturas diferentes. Recuerda que la hebra que lleves en el pulgar será la que hará el borde decorativo y la del índice será con la que seguirás trabajando.
¿Qué te han parecido estos trucos? ¿Conoces algún otro truco interesante para no quedarte con una hebra demasiado corta? ¡Coméntanoslo en Instagram!